Con nuestras cervecicas, horchatas y refrescos varios, anduvimos tres horas tejiendo y pasándolo bien.
Mila haciendo y deshaciendo cuello con Malabrigo, yo con mi chal Lace, que se tornó complicadísimo con la segunda caña, Antonia con su abriguito color burgundi para su nieta, Beatriz (muy inteligentemente) con su chal de ganchillo de algodón fresquito y finalmente Mª Angeles casi rematando su precioso jersey de algodón que estamos confeccionando a medida.
Algunos proyectos volaban de una mano a otra (alguno acabo deshaciéndose para volver a tejerse) y otros se continuaban sin descanso.
Llegados a este punto, cambié a otro chal más sencillo... |
La sensación general fue que hay que repetir este verano y que cada vez seremos más.
Yo creo que en la quedada "mundial" del año que viene en Albacete seremos por lo menos...20!!! ;)